Motos de segunda mano: Una buena opción tanto si quieres comprar, como si quieres vender

Desde el ahorro económico en comparación con los coches y la comodidad y maniobrabilidad dentro de ciudades con mucho tráfico, hasta el menor impacto medioambiental y los beneficios para la salud por el hecho de tener que aplicar fuerza y movimiento para mantener el equilibrio, son muchas las ventajas de tener una moto.

Quizás tengas moto o te hayas llegado a plantear adquirir una, y de seguro puede que también te hayas cuestionado la posibilidad de buscar una de segunda mano. Y no, no te estamos leyendo la mente, la realidad es que, como tú, cada día más personas optan por adentrarse en el mundo de las dos ruedas aprovechando las ventajas del sector de segunda mano tanto para comprar como para vender.

Gracias a la disponibilidad de concesionarios, talleres e incluso portales de segunda mano, hay un amplio abanico de opciones para adquirir/ vender/ intercambiar motos, desde aquellas con mayor cilindrada, hasta motos tipo Vespa. Hay opciones para todos los gustos y necesidades.

Si el motivo por el que estás aquí es porque todavía te estás decidiendo entre hacerte con una moto nueva o por el contrario con una de segunda mano, quizás te interese continuar leyendo lo que te contamos hoy. Y, del mismo modo, si te planteas vender la tuya quizás te interese saber también cómo se encuentra el sector actualmente.

 

¿Moto nueva o de segunda mano?

Lejos de lo que muchas personas creen, el sector de segunda mano se trata actualmente de uno de los más fiables dentro del mundo del motor y es que la hiperprofesionalización junto con la sensibilización en materia de seguridad vial ha llevado a que las plataformas, talleres y puntos de compra-venta de vehículos de segunda mano trabajen mano a mano con fabricantes y financieras con el fin de ofrecer las mejores garantías en todos sus productos.

Cierto es que si prefieres una moto totalmente nueva no hay mucho más que hablar, porque de gustos no hay nada escrito. Pero si andas con dudas sobre qué opción va mejor contigo, quizás te pueda llegar a interesar saber que, precisamente por esas garantías de calidad, cada vez es más común encontrar motos que cuentan prácticamente con las mismas características que aquellas que están recién salidas del concesionario.

De hecho, poniéndonos algo más técnicos, toda moto con menos de dos años y menos de 20.000km se considera “prácticamente nueva”, lo que pone en relieve el denominador común por el que más y más personas se decantan por esta opción: el precio.

En este sentido, ya no solo entra en juego que el precio de compra sea menor, sino que cuando compras una moto de segunda mano se produce una devaluación, lo que implica que si en algún punto deseas venderla perderás dinero. Por el contrario, en el caso de querer vender una moto que previamente compraste siendo de segunda mano, la pérdida disminuirá con creces.

Dando un paso más allá, los impuestos atribuidos a la compra y mantenimiento de motos de segunda mano son inferiores, lo que deja margen a los aficionados de las dos ruedas para que reinviertan en customización o en gasolina para realizar largas rutas (lo cual nunca está de más considerando el aumento del precio del combustible, aunque eso es otra historia).

Por lo tanto, la idea está clara, si tus preferencias no van enfocadas a la adquisición de productos que nunca antes había utilizado otra persona, la moto de segunda mano puede llegar a ser tu opción ideal, ya que te haces con las mismas garantías de calidad que una moto a estrenar, pero con menos gastos atribuidos.

Considerando el boom de ventas que se está dando precisamente por estas ventajas, puedes hacerte una idea de lo fácil que puede llegar a ser ganarte un dinerillo. Especialmente si tienes una moto tipo Vespa hay muchas papeletas de que en cuestión de pocas semanas te salgan varios compradores, ya que según reportes de plataformas de segunda mano tipo Tablón de Anuncios, son de las más demandadas por los clientes.

Lo que hay que tener en cuenta a la hora de comprar una moto de segunda mano

Ha llegado al punto de decir “quiero una moto de segunda mano” y ahora es probable que te cuestiones qué es lo que debes tener en cuenta para que tu compra vaya sobre ruedas. Aunque entran en juego muchos factores, nosotros te dejamos los que bajo nuestra experiencia pueden interesarte mayormente:

  1. Aunque el aspecto es importante, siempre interesa observar bien aquellos detalles que nos indican si la moto está en auténtico buen estado, como el cromado, las manetas e incluso la zona de contacto.
  2. Más allá de eso, también resulta interesante pedirle al vendedor el libro de mantenimiento y control para conocer las reparaciones a las que se ha sometido la moto, puesto que frente a todo debemos saber qué es lo que estamos comprando. No es lo mismo una moto deportiva que por sus características debe llevar el motor más apretado, que una custom o una GT.
  3. Sumado a lo anterior es aconsejable revisar la documentación original con el fin de asegurarse de que los datos técnicos coinciden. Es algo aparentemente básico, pero en muchas ocasiones, con las prisas de la transacción se puede olvidar. En caso de cualquier duda nunca está de más solicitar a la DGT el historial del vehículo, donde aparecerá reflejado el estado administrativo del vehículo.
  4. Ya con la garantía de que la moto de segunda mano que vas a adquirir está en correctas condiciones, solo quedaría efectuar la venta. Para ello, te recomendamos encarecidamente que, si la venta se realiza entre particulares, te hagas con un formulario estándar de contrato para que quede constancia ‘ad-hoc’ de la venta bajo tu firma y la del vendedor. En el caso de las plataformas y concesionarios lo común es que se incluyan estos documentos, pero igualmente si no lo hicieran estás en tu derecho de solicitarlos.
  5. Igualmente, y según la legislación española, pese a que la moto pase a ser de tu propiedad, cuentas con un período de garantía de 6 meses que responde frente a incumplimientos contractuales y vicios ocultos, o lo que es lo mismo, defectos en la moto que no fueron detectados en el momento de la compraventa, sean o no conocidos por el vendedor.