En este momento, poder dar servicio a los vehículos eléctricos es un gran atractivo debido a su valor de nicho, pero esto será esencial dentro de sólo quince años cuando la mayor parte de la flota de vehículos sean eléctricos.
Si bien la formación de los ingenieros será esencial y la inversión en mecánicos con conocimientos será primordial, el equipo de talleres necesario para dar servicio y cuidar la nueva generación de vehículos eléctricos es una inversión que no podemos ignorar. Invertir ahora, adoptando la nueva tendencia eléctrica, es una oportunidad fantástica. El hecho de poder dar servicio a los vehículos eléctricos en el actual clima político y social distingue a cualquier garaje, servicio oficial o taller multimarca y es un evidente reclamo para los clientes y una inversión para el futuro. Sin embargo, ¿Seguiremos necesitando herramientas neumáticas y cuál sera la diferencia en el diseño de los talleres de hoy en día?
Adaptarse a la nueva movilidad No sólo pasa por un cambio en la mentalidad del conductor y del fabricante. Todos los sectores que, de una forma u otra, están relacionados con la industria automotriz deben también emplearse a fondo en esta tarea para no quedarse atrás o desfasados.
Este conjunto de servicios relacionados con el sector automovilístico incluye también los talleres mecánicos. Los servicios postventa son establecimientos esenciales para los conductores, ya que gracias a ellos se puede asegurar el perfecto funcionamiento del vehículo durante toda su vida útil.
Según estudios sobre el futuro de la automoción, la adaptación de los talleres mecánicos a la movilidad y a la mecánica eléctrica evitará que el 20% de estos centros de postventa cierren en el futuro año 2030.
Para esta fecha, se espera tener en circulación una amplia mayoría modelos eléctricos enchufables. Por lo tanto, este proceso de adaptación debe ser integral, pasando también por la formación de profesionales que deben ser capaces de responder a las nuevas demandas del mercado de la reparación mecánica.
Las diferencias mecánicas
Destripamos un coche eléctrico: ¿Qué hay debajo de su carrocería?
Si bien es cierto que los modelos puramente eléctricos son más baratos de mantener que los coches de combustión y requieren menos mantenimiento, los mecánicos tienen que adaptar su formación para hacer frente a las nuevas averías que pueden ser susceptibles tanto a la electricidad pura como a los híbridos enchufables.
También otros sectores relacionados con los accidentes y la seguridad vial, como los bomberos que acuden en caso de accidente, deben actualizar su formación para saber cómo actuar en caso de accidente. Los coches eléctricos superan las normas y pruebas de calidad y seguridad, pero plantean peligros diferentes a los de los motores de combustión interna.
Menos componentes, menos mantenimiento
Los frenos se encuentran entre los componentes que todavía requieren un mantenimiento regular. Sin embargo, los vehículos eléctricos hacen menos uso de estos frenos y, por lo tanto, deben ser reemplazados con menos frecuencia. Esto se debe a la recuperación, por ejemplo. Cuando el vehículo frena, la energía cinética se transforma en energía eléctrica y se recupera. La recuperación también tiene un efecto de frenado del motor y el sistema de freno real se utiliza menos, lo que resulta en un menor desgaste que en un vehículo con motor de combustión. Además, el sistema de dirección, el aire acondicionado, las ruedas y los neumáticos necesitan ser revisados. La inspección general también tiene que llevarse a cabo a intervalos similares a los de un vehículo con motor de combustión.
Aunque muchos componentes típicos de un motor de combustión ya no son necesarios, la lista de mantenimiento de un vehículo eléctrico incluye ahora una serie de piezas especiales. Una de ellas es la batería, que se inspecciona visualmente: durante el mantenimiento general, se comprueban la conexión de carga y los cables junto con el estado de la batería.